viernes, 20 de agosto de 2021

TAROT SI/TAROT NO

 


Es el gran dilema, y es hora de derribar prejuicios.

Hace muchos años que me dedico a leer el tarot. ¿Videncia natural? No. Cualquier persona puede leer el tarot. ¿Estudio? Muchísimo. Aquí está la gran diferencia y los que pocos quieren aceptar. Es como las dietas. Elegir las “recetas mágicas” o el compromiso de un cambio de hábitos.

Cualquier persona puede pararse frente a un cuadro, decir me gusta o no, más allá del estudio y preparación. Pero es innegable que alguien que se dedica a estudiar arte va a ver y valorizar aspectos que están ocultos para los profanos. Luces y sombras, pinceladas, contexto histórico…

Lo mismo sucede con la lectura de cartas. Tiene cuatro columnas fundamentales, pero no únicas…astrología, letras hebreas, números, y análisis de la figura. Cuanto más profundizas en estos estudios, mejor y más enriquecedora resultara la lectura… por eso, retomando la pregunta ¿videncia natural? Mi respuesta fue no. En mi caso. No quiere decir que haya personas que así lo realicen. Pero aquí entra en juego el libre albedrío. Cada persona elige quien querrá que le haga la lectura. Teniendo en cuenta que se está generalmente en un gran estado de vulnerabilidad.

¿Se lee el futuro? En parte, pero siempre en base al presente y los cambios necesarios que hay que hacer para modificar las situaciones que necesitas cambiar. Gracias a ello hacer cambios conscientes tanto en tu exterior, como en el interior, que te ayuden a tener un mejor futuro. 

En mi caso personal, cuando surgen situaciones que se necesitan apoyo “extra”, en la cual el consultante queda muy conmovido, puedo dar algunos tips para realizar como meditaciones, respiraciones y desbloqueos, como solución inmediata. Pero también adjunto números de profesionales psicólogos, de trayectoria indiscutible.

El Tarot es una herramienta maravillosa que no se centra en la predicción del futuro, sino que observa el presente y nos sitúa en él. A través de la energía de las cartas y su significado, nos despierta al autoconocimiento para que podamos tomar decisiones desde otra perspectiva y, así, sanar y liberar los procesos de crecimiento.

Las cartas nos enfrentan con verdades sobre nuestro Ser interno, que abarca diferentes cuerpos: el emocional, el mental, el físico y el espiritual… De este modo podremos ver en qué estado estamos al momento de la sesión. ¿Estamos evolucionando o a la deriva? ¿Cuáles son esos bloqueos que impiden nuestro avance? ¿Qué sentimientos son verdaderos? ¿Qué detiene nuestra prosperidad y abundancia?

Durante la tirada, podremos nuestra verdadera esencia e identificar cual es el trabajo que debemos hacer para nuestra autotransformación. También nos permitirá reconocer nuestros patrones de conducta, y todos aquellos sistemas de creencias y miedos que deberemos disolver para emprender nuestro propio avance.

Así es. En las primeras décadas del siglo XX, uno de los interesados en el Tarot desde un punto de vista distinto al adivinatorio fue un médico y psiquiatra suizo -discípulo de Freud, llamado Carl Gustav Jung.

Este hombre fundó la corriente de la psicología analítica, la cual engloba toda una concepción del ser humano e incluye varios conceptos, entre ellos, el “inconsciente colectivo”, “arquetipo” y “sincronicidad”, que se han relacionado con el funcionamiento del tarot.  

Jung menciona el Tarot como ejemplo sobre cómo en ese mazo de cartas pueden verse representados los arquetipos enraizados en el inconsciente colectivo, una especie de “conciencia universal” a la que todos los seres humanos tenemos acceso.

Una de las discípulas de Jung, Sally Nichols, asegura que “el viaje a través de las cartas del Tarot es básicamente un viaje a nuestra propia profundidad. Cualquier cosa que encontremos en este viaje es, en el fondo, un aspecto de nuestro más profundo yo”. 

Es decir, que en el Tarot pueden verse representados los comportamientos, vivencias, sentimientos, sucesos que prácticamente todos hemos vivido en algún punto. 

Aquí vale la pena retomar uno de los conceptos que manejaba Jung: la sincronicidad. Este concepto se ha utilizado para explicar por qué parecen salir las cartas que mejor encajan con las preguntas que le haces al Tarot. 

Un ejemplo de sincronicidad es cuando un día sueñas con un amigo y ese mismo día te lo encuentras por la tarde. 

Sally Nichols explica que la “sincronicidad es la palabra que Jung utilizó para describir la coincidencia entre un estado interno y una realidad externa”. 

En Kabbaláh lo definimos como estar atentos al mensaje

Nichols asegura que cuando se producen sincronicidades significa que se ha activado un poder arquetípico. Dado que los arcanos del Tarot simbolizan estos poderes, “es comprensible que estimulen acontecimientos de este tipo”. 

Mas allá de la profesión, la clase social, la religión que pertenecemos, siempre, en algún momento de nuestra vida, por no decir muchos, estamos en un estado de VULNERABILIDAD. Y esto hay que tener en cuenta cuando buscas una consulta. Las recetas mágicas, soluciones rápidas no son las mejores. No es poner el poder afuera. Es buscarlo en nuestro interior y se que esto no hace un buen marketing. Pero es lo que te puedo ofrecer acorde a mis creencias y convicciones. El estudio y práctica de la Kabbaláh, me abrió el mundo de la astrología, las letras hebreas, y establecer un vinculo de amorosidad con aquellos que me consultan hace más de veinti y pico de años. 



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